El Papa Francisco dejó claro que los ataques vienen de satanás

Un mensaje para Obispos y sacerdotes.

El Papa Francisco comunica al mundo, desde el primer día, que la causa del mal y la mundanidad es Satanás. Y ya comenzaron los ataques a su persona, como él sabía que pasaría.

En lugar de referirse a los males de este mundo de modo genérico e incluso técnico, el papa Francisco ya estableció que la explicación es la acción de Satanás, marcando una diferencia con Benedicto XVI, que siempre trató de referirse a los males buscando una argumentación compatible con el conocimiento filosófico y accesible a los no religiosos.

EN SU PRIMER HOMILÍA Y SIN ANESTESIA
Para dejar clara su posición, el pontífice trajo el tema del demonio en su primera homilía el 14 de marzo en la Capilla Sixtina. En su corta disertación dijo:

…podemos construir tantas cosas, pero si no confesamos a Jesucristo, no vale. Nos convertiríamos en una ONG filantrópica, pero no seríamos la Iglesia, esposa del Señor […] Y citando a Leon Bloy, añade: “El que no reza al Señor, reza al diablo”, porque cuando no se confiesa a Jesucristo se confiesa la mundanidad del demonio.

Eso es lo que enseña el Concilio Vaticano II cuando dice que en toda la historia humana existe una dura batalla contra el poder de las tinieblas (GS 37), y que toda la vida humana, la individual y la colectiva, se presenta como una lucha, ciertamente dramática, entre el bien y el mal, entre la luz y las tinieblas (ib. 13),

Y es una enseñanza continua de toda la Biblia:

desde el Génesis (3,15): pongo enemistad perpetua entre ti [la serpiente, Satanás] y la mujer [María, la Iglesia], hasta el Apocalipsis (12,17): se enfureció el Dragón contra la Mujer [que había dado a luz al Salvador], y se fue a hacer la guerra contra el resto de su descendencia. Ésta es la historia.

De esta forma “marcó la cancha” y estableció la interpretación de que el demonio es el causante del mal porque odia a Jesucristo. Y como satanás odia a Cristo, odia al Vicario de Cristo en la tierra. Por eso la Virgen de Fátima anuncia en 1917:

graves “persecuciones contra la Iglesia… el Santo Padre tendrá mucho que sufrir”.

YA COMENZÓ EL DIABLO A PERSEGUIR AL PAPA FRANCISCO
Apenas al día siguiente de iniciado su ministerio, como Jesús tuvo su primer encontronazo con satanás en el comienzo mismo de su ministerio público, o para ser más exactos, cuando se disponía en el desierto para iniciarlo, el Papa Francisco fue atacado de la misma forma.

El primer ataque provino de tiendas feministas, refiriéndose a una noticia generada hace 6 años, que en aquel entonces se desmintió, sobre que el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Jorge Bergoglio, había afirmado que:

“las mujeres son naturalmente ineptas para ejercer cargos políticos”, refiriéndose a la candidatura presidencial de la Senadora Cristina Fernández de Kirchner.

“El orden natural y los hechos nos enseñan que el hombre es el ser político por excelencia; las Escrituras nos demuestran que la mujer siempre es el apoyo del hombre pensador y hacedor, pero nada más que eso”.

Y agregó que “hay que tener memoria; tuvimos una mujer como Presidente de la Nación y todos sabemos qué pasó”, refiriéndose a la ex presidente Estela María Martínez de Perón.

Le siguió otro ataque con las denuncias de la izquierda sobre presuntas vinculaciones con la dictadura argentina. Este es un hecho muy común en Argentina, ya que es frecuente ver como organizaciones como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo le hacen el mandado al gobierno para atacar a personas, y usan acusaciones precisamente de este tipo.

La presunta colaboración del papa Francisco con la Junta, concretamente en esta denuncia, fue unos años atrás abordada por el periodista argentino Horacio Verbistky. La acusación es que cuando los sacerdotes jesuitas Franz Jalics y Orlando Yorio fueron secuestrados en 1976 por la dictadura, cuando ambos ejercían en una villa miseria bonaerense en tiempos de la dictadura argentina (1976-1983), Bergoglio no los defendió.

Esto fue desmentido por el propio Bergoglio que contestó a las acusaciones en el 2010, en el libro ‘El jesuita’ rechazando tal colaboración.

También por el propio Jalics, desde 1978 en Alemania y actualmente en la pequeña localidad bávara de Wilhelmsthal, que viajó hace unos años a Buenos Aires, por invitación del arzobispado de la capital argentina, y “abordó la cuestión”, indicaron fuentes de esa orden en Múnich a la edición digital del semanario Der Spiegel. Y dijo que “Está en paz con Bergoglio”.

Los dos jesuitas fueron liberados tras cinco meses de torturas y Yorio murió en el 2000 en Uruguay
También el activista de derechos humanos y Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel, rechazó tajantemente tales acusaciones desde la televisión británica BBC, donde dijo que “hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura argentina, pero Bergoglio no”.

Al nuevo Papa:
“se lo cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes. Sé personalmente que muchos obispos pedían a la Junta Militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía”, recordó Pérez Esquivel.

Y surgieron además juicios negativos hacia Bergoglio de grupos homosexuales y pro aborto por sus declaraciones sobre estos temas, que obviamente abundarán en el resto de su pontificado.

BERGOGLIO SABE QUE SERÁ PERSEGUIDO
El Papa Francisco no ignora la persecución de satanás, que habrá de sufrir él y toda la Iglesia, y que se inició hace veinte siglos. Esta conciencia del carácter diabólico de ciertas persecuciones se manifiesta en Mons. Jorge Mario Bergoglio, por ejemplo, cuando siendo Cardenal de la Iglesia y Arzobispo de Buenos Aires, escribe a los cuatro Carmelos bonaerenses (22-VI-2010) acerca del “proyecto de ley sobre matrimonio de personas del mismo sexo”, que el Gobierno argentino había preparado y que el Senado iba a discutir próximamente (el 13-VII).

Aquí está la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra. No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios. No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una “movida” del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios.

Jesús nos dice que, para defendernos de este acusador mentiroso, nos enviará el Espíritu de Verdad. Hoy la Patria, ante esta situación, necesita de la asistencia especial del Espíritu Santo que ponga la luz de la Verdad en medio de las tinieblas del error; necesita de este Abogado que nos defienda del encantamiento de tantos sofismas con que se busca justificar este proyecto de ley, y que confunden y engañan incluso a personas de buena voluntad.

Por esto recurro a Ustedes y les pido oración y sacrificio, las dos armas invencibles que confesaba tener Santa Teresita. Clamen al Señor para que envíe su Espíritu a los Senadores que han de dar su voto […] Miremos a San José. A María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: “esta guerra no es vuestra sino de Dios”. Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios. Gracias por lo que harán [ustedes] en esta lucha por la Patria

ES UNA SEÑAL PARA LOS SACERDOTES
El Card. Bergoglio habla de Satanás. No es frecuente que nuestros Obispos, cuando hacen oír la voz de la Iglesia en ciertos debates políticos especialmente graves, digan tan claramente que ciertos atentados contra el orden natural, más que una lucha meramente política, son en realidad una guerra de satanás contra Dios, una batalla entre Satanás y los suyos contra el Reinado de Dios sobre la creación.

Y tampoco es frecuente oír predicar en las iglesias sobre el demonio, en parte porque dicen que “espanta a la gente”, o que “muchos lo toman como una fantasía”.
En los Ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola, como bien lo sabe nuestro Papa jesuita, una de las meditaciones principales es justamente la de las dos banderas:

El primer preámbulo es la historia: cómo Cristo llama y quiere a todos bajo su bandera, y Lucifer, al contrario, bajo la suya (137).

Fuentes: P. José María Iraburu s.j., Info Católica, Yahoo Respuestas, Signos de estos Tiempos